¿Cómo hacer para no medir el tiempo, para dejar que los minutos convertidos en días y estos en años no duelan?, ¿para que los rostros dejados de ver no vuelen con los recuerdos y se mantengan intactos para el roce de una caricia? ¿cómo no pronunciar el nombre de la persona amada en medio de una multitud que se resiste a sentirlos lejos aunque pase el tiempo?.
¿Quiénes son estos hombres que por más dichos y reconocidos se aferran a la verdad como bandera, ícono y deseo de vivir?,¿ quiénes son estos leones que de estirpe martiana sueñan y sufren por la humanidad, ¿quiénes son ellos?, ¿de qué madera están hechos que a sabiendas de las penurias de una cárcel mantienen firme sus ideales y los defienden por encima de todo?.
Ellos que en medio del hueco, de las separaciones y de todo lo malo que pueda sucederle ponen patria y convicciones como coraza para salirle al paso a cualquier maldad de las que están acostumbrados a sufrir en el imperio.
René, Ramón, Fernando, Antonio y Gerardo están ahí con una ausencia de casi 12 años, llenando sueños que ni la distancia, ni las soledades de cárceles pueden evitar, saben que el pueblo cubano convoca y que el mundo responde, que los llamados a su liberación se incrementan, …y que las fuerzas se unen por su causa, que es justa y por justa tendrá que vencer, que de recursos y apelaciones sabe ya bastante nuestro pueblo, que por más leyes que existan la verdad debe y tiene que triunfar porque su ausencia CONVOCA Y LLENA ESPACIOS .
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